¿Cómo fomentar la solidaridad el la juventud?
Grupos de jóvenes:
– Reflexionar sobre las prácticas y valores de las personas jóvenes participantes;
– Facilitar un espacio de encuentro entre jóvenes para debatir sobre temas tales como los derechos humanos, la igualdad de trato y la lucha contra la discriminación;
– Potenciar las expresiones de solidaridad y el fomento de la responsabilidad social en la comunidad.
¿Cómo nos hemos planteado los contenidos, teniendo en cuenta que la actividad dura cuatro horas?
Para empezar, es lógico pensar que los contenidos los adaptamos según la edad de las personas participantes y según el contexto (opinamos que no es lo mismo dirigirnos a jóvenes en horario escolar que a jóvenes que libremente han decidido emplear parte de su tiempo libre en nuestra propuesta). Desde un cuestionamiento personal basado en los hábitos de consumo hacemos un recorrido que acaba planteando alternativas reales de acción en la comunidad, todo ello trabajado de forma amena y participativa empleando diversas técnicas y exhibición de vídeos. Lo explicamos más detalladamente.
Tras las oportunas y pertinentes presentaciones, trabajamos unos cuantos conceptos básicos (sorprende que haya jóvenes estudiantes de grado universitario que digan que Australia pertenece a los denominados “países del Sur”) y una visión distinta del mundo: el mapa Peters vs. proyección Mercator. ¡Cómo cambia la cosa! no? A continuación, nos planteamos cuáles son nuestras necesidades, si creemos que son auténticamente nuestras o nos las crean los medios de comunicación a través de la publicidad y también a través del entorno social. Sinceramente, pensamos que decidimos nosotras pero si escarbamos un poquito… Planteamos en este momento un posicionamiento (espacial en el aula) a favor o en contra de determinadas afirmaciones sobre usos, gustos, comercio… y un pequeño debate. Ha llegado el momento de hablar un poquito del comercio justo. A partir de ahí, planteamos técnicas que ayuden a ver la solidaridad desde el lado de a quienes va dirigida, y fundamentalmente su utilidad o no. En este punto es donde más valoran la actividad por cuanto les supone romper con ideas preconcebidas que distan mucho de ser realmente útiles en las poblaciones a quiénes va dirigida (por ejemplo, ¿es útil enviar trigo a comunidades que tradicionalmente y desde tiempos inmemoriales basan su dieta en el arroz?).
El último bloque de la actividad lo dedicamos a reflexionar sobre el entorno, qué asociaciones conocemos que trabajen temas de solidaridad, de qué tipo, cómo, cuándo… Y a pensar también qué necesidades de intervención pueden existir. A partir de ahí, vemos posibles recursos y cómo obtener fondos, así como visualizar el trabajo que realizan.
La principal valoración que hace la gente joven participante es que, gracias a nuestra acción formativa, les ha variado la percepción que inicialmente tenían sobre el trabajo en temas de solidaridad, algo que particularmente nos satisface por cuanto buscamos desarrollar el espíritu crítico y el replanteamiento de nuestras opiniones anteriores en base a un conocimiento más directo.
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